lunes, 1 de diciembre de 2025

Anunciando despedidas

Me voy despidiendo del mundo... exterior. En octubre renuncié a un viaje -¡y qué ganas tenía de hacerlo!- por tierras de Colombia (Medellín y Bogotá) y Chile (Puerto Varas) y ayer mismo renuncié a otro por este último país (Santiago y Concepción). Hago lo que sé muy bien que tengo que hacer y por eso mismo me duele, porque no me queda otro remedio que aceptar sin aspavientos la derrota de la edad. Ya no estoy para viajes largos. ¡Si un viaje a Cartagena (la murciana) me tiene amuermado en el sofá un par de días! Pero he reservado un viaje postrero, de despedida... a México, el país más surrealista del mundo, el que más me ha dado y el que más se me ha enganchado al alma. Por supuesto, la gente que me quiere intenta desanimarme, pero no lo van a conseguir. Merezco una despedida en condiciones de mi propio pasado viajero.

domingo, 30 de noviembre de 2025

El matrimonio y los mediocres

Veo últimamente por aquí y por allá escritos de mujeres solteras que reivindican su soltería con argumentos un poco llamativos. En primer lugar niegan el amor romántico y, por lo tanto, los lazos de copertenencia de la pareja. El amor romántico, suelen decir, es un yugo afectivo con el que los hombres, tan taimados, tienen sujetas a sus mujeres garantizándose así sexo gratis. Estas mujeres, que tienen en tan poca estima la inteligencia de las mujeres que se casan, consideran que son dueñas de su vida porque son autónomas y que su autonomía, puesto que es una señal de los tiempos, es obviamente buena. En resumen: una mujer independiente, que se gana la vida y no tiene otro compromiso de fidelidad que no sea el de su autonomía, sería una conquista cultural. A mí estos argumentos (me olvido ahora de las feministas que sostienen que una mujer que goza sexualmente con un hombre está colaborando con el enemigo) me parecen propios de quien, puesto que se encuentra ocupando una determinada posición, siente la necesidad de justificar que es buena. En realidad, la soltería y el matrimonio son dos formas diferentes de ser mediocres. De lo que se trata es de saber cómo se lleva en cada caso la propia mediocridad, si con deudas de copertenencia o sin ellas.  

sábado, 29 de noviembre de 2025

In partibus infidelium

Del 25 (fecha de mi ultima entrada en este café) al día de hoy, han pasado muchas cosas. El 25 por la tarde volé a Alicante, donde me esperaba un taxista amante del riesgo en los adelantamientos que me llevó a Cartagena. ¡Qué puesta de sol! 

Nos acompañó un buen rato por la autopista con su dramatismo encendido de colores borrachos. Cuando cayó la noche quedó pendiente el horizonte un hilillo de luz horizontal que tardó en desvanecerse. En Cartagena he conocido a gente magnífica a la que, sin duda, volveré a encontrar en mi camino más pronto que tarde. El 26 tenía una conferencia a las 13:00, así que aproveché la mañana para recorrer la ciudad, que no conocía. Tiene Cartagena una historia impresionante, cuyo legado arqueológico creo que no conserva como se merece. Comencé mi recorrido por el parque arqueológico del Cerro del molinete, para visitar especialmente  los restos del templo de Atargatis, diosa siria de la felicidad a la que frecuentemente se la representa con cola de pez, como una sirena. 

Un vientecillo helado barría los restos solitarios de la que, posiblemente, fue diosa protectora de la ciudad en tiempos cartagineses. De allí, callejeando, me dirigí al teatro romano. 

Como llegué antes de que abrieran las puertas, pude darme el lujo de un chocolate con churros que me dejó el alma bien predispuesta para encarar el resto del día. El teatro impresiona. No me esperaba nada semejante. De allí, siguiendo el perfil del puerto, llegué cojeando al Museo de arqueología submarina, con la intención de detenerme ante la mano de Sabazios, cosa que hice con gran placer. 

Llevo siguiendo los rastros de esta extraña deidad desde mis tiempos de aficionado al mundo tracio. Después, la charla ante más de mil personas generosas y, corriendo, al hotel, donde me esperaba el taxi que me llevó de vuelta a Alicante. Como los dioses son buenos, en el aeropuerto me encontré con un exalumno que vive cerca de mi casa. Es un joven empresario muy dinámico, que me hizo sitio en su taxi. El 28, Cope (con Jorge Bustos) hablando de la falta de carácter jurídico del pueblo español (jueces incluidos), el hospital de Can Ruti (pruebas de equilibrio y audimetría) y encuentro telemático con Aparachiqui, al que tanto aprecio (¡qué bien nos lo pasamos). 

Y ayer, cuando el sol rompía el horizonte, incendiándolo de entusiasmo, tomaba el tren para Barcelona: Clínica de Remei (visita preoperatoria), Rosamerón (que tengo muy abandonados a mis socios) y Podcast por la tarde con Joan Salicrú, defendiendo el conservadurismo, creo que con éxito, en partibus infidelium. Pero lo más importante, sin duda, es que el 27 mi nieto mayor cumplió 16 años.

martes, 25 de noviembre de 2025

Al héroe no reconocido

Después de habérnoslo dado todo, aún saca, no sé de dónde, lo que le exigimos, martirizándolo para exprimirle hasta la última gota. Y así día tras día. Cada mañana mi mujer y yo comentamos que hay que comprar pasta de dientes, pero por lo que sea, cada día nos olvidamos. Y el caso es que el tubo enrollado en sí mismo sigue dándonos pasta para limpiarnos los dientes. ¡Y después dicen que ya no hay milagros! Yo le haría un monumento al humilde tubo de pasta de dientes por su magnífico ejemplo de desprendimiento, entrega y dadivosidad.

lunes, 24 de noviembre de 2025

Lo inevitable de la sofística

En Ocata no estamos preparados para tener tres días de frío invernal seguidos, por eso ayer gozamos de una mañana plácida, como un paréntesis otoñal en el invierno que nos viene adelantado. ¡Qué placer desayunar y, todo seguido, almorzar al sol de la plaza de Ocata: café con leche, torreznos, patatas bravas y cerveza. Mucho menos placer me proporciona constatar que no acabo de estar conforme con la conferencia que tengo que dar en Cartagena pasado mañana. Quiero decir demasiadas cosa, lo sé, pero todas me parecen relevantes y no sé por dónde meter las tijeras. En estos casos me resulta inevitable recordar el consejo de Josep Maria Espinàs: «No hay libro que no mejore recortándolo». Lo mismo podemos decir de una conferencia. Pero eso supone ocultarle al oyente parte de la complejidad del asunto que le estás exponiendo. Es como si quedar retóricamente bien fuera incompatible con decir la verdad. Pero como en una hora solo caben parcialidades, para quedar bien hay que ser sofista. A esta conclusión llegué con la ayuda de los torreznos.

domingo, 23 de noviembre de 2025

¡Ay, derecho!

No es muy sensato, políticamente hablando, confundir el derecho con la justicia. Lo justo podríamos decir que es darle a cada uno lo que le corresponde (no nos metamos ahora en el berenjenal de qué es lo que le corresponde), mientras que el derecho es, como dice Ciro Bayo en El lazarillo español, «lo que de cuatro quieren tres» y posiblemente no haya peor perversión del derecho que la de exigirle que haga justicia, que sería como prescindir del sentido legal de la justicia para aplicar, sin vacilaciones, el moral. Una sentencia es justa si es ajustada a derecho. Con respecto a lo de dar a cada uno lo que le corresponde... de eso sólo Dios está en condiciones.

viernes, 21 de noviembre de 2025

El Mediocre viaja a Madrid


No puedo estar más contento. Haré dos presentaciones de La dignidad del mediocre en Madrid, la primera, el próximo día 3, en la sede de la Fundación Tatiana, y la segunda, en la sede de Abante, a mediados de enero. Tengo a José Luis Pardo como uno de los dos mejores españoles vivos (el otro es el farero de la isla de Ons, que siempre anda por aquí) y a Helena Farré como un ejemplo perfecto de inteligencia cordial. Este es un libro escrito con mucho cariño, pero con la intención de proporcionarle al lector las piezas de un puzzle más que una fotografía. Cada página ha estado muy pensada, pero el resultado, claro, no depende de la voluntad del autor, sino de la recepción del lector. Ya decía Aristóteles que de la excelencia de una casa no puede decidir su diseñador, sino el que la habita. Pues bien, esta es una casa que quiere ser, a la vez, acogedora y tener algo de escape room.

Anunciando despedidas

Me voy despidiendo del mundo... exterior. En octubre renuncié a un viaje -¡y qué ganas tenía de hacerlo!- por tierras de Colombia (Medellín ...